sábado, 28 de noviembre de 2009

Estrella con Aníbal Cedrón.





Algunas reflexiones provocadas por la charla entre Miguel Ángel Estrella con Aníbal Cedrón, sobre “Música y Pintura (Imagen y Poética)” en el ciclo El Malestar en el Arte, miércoles 11 de noviembre del 2009, en el Centro Cultural Caras y Caretas.

Imagen y poética.

Según la Real Academia Española, imagen es “la representación viva y eficaz de una intuición o visión poética por medio del lenguaje”. Podría añadirse que la imagen es el producto básico de todo lenguaje artístico y poético, y que se basa en la capacidad humana de emocionarse. La noción de lo qué es imagen resulta trascendente en todas las esferas culturales, cuando se impone universalmente una suerte de barbarización cultural, que genera la destrucción de saberes, conocimientos, y aún más temible, provoca el vaciamiento emocional, y la alienación del pensar, del sentir e imaginar. Por eso la crisis de la imagen es el tema del ciclo de charlas que se desarrolla en el Centro Cultural Caras y Caretas, y que en el último encuentro del 11 de noviembre, tuvo como invitado al eximio pianista Miguel Ángel Estrella, para tratar sobre los paralelismos entre música y pintura, no tanto en cuanto a analogías compositivas –que las hay muchas- sino a imágenes y poética inspiradoras.
Así Estrella contó cómo vincula a imágenes y sensaciones, las 25 variaciones sobre un tema de Joseph Haydn. Cada una de las variaciones tiene un nombre (Moderato - Cadenza II. Adagio-Cadenza), pero él las asocia a “lo que considero esencial de una persona, por ejemplo: si hay una que expresa ternura se quién es, una mujer de mi entorno que conocí o energía que generalmente asocio a personajes masculinos”.
También el extraordinario pianista transmitió sobre las reacciones que provoca en públicos de países y continentes tan diversos, y que además frecuentemente como parte de la labor social que desarrolla la Fundación Música Esperanza, son públicos de zonas muy desprotegidas. Por una parte es altamente revelador a cerca de que no hay arte con acceso vedado sólo a élites; por otra, de que la música llamada “culta” penetra paradójicamente en el alma de esos públicos alejados de los grandes centros de consumo cultural, que imponen los gustos culturales. Esto ocurre con conciertos en Cochabamba o en Gaza, con temas que pueden abarcar de músicos argentinos contemporáneos o de Beethoven, desde sus sonatas rápidas a como su “Sonata Fúnebre” [.
Para enlazar con el tema propuesto, Estrella sugestivamente habló sobre la imagen que le motivaban las obras para piano de Claude Debussy (1862-1918). Tendría unos 22 años cuando para un concierto en una residencia de Villa Devoto, eligió tocar música de Debussy. Esa resultó ser la primera imagen que tuvo relacionada con el compositor francés y los impresionistas, había un gran jardín que se veía a través de una cortina que velaba ese paisaje y hasta hoy cuando toca Debussy, siempre lo toca con los ojos cerrados para ver ese jardín, detrás de aquella. Es que justamente el impresionismo musical, encabezado por Debussy, asociaba sus composiciones a las experiencias visuales como paisajes, influido por los pintores impresionistas franceses, pero también por la poesía de Paul Verlaine, Charles Baudelaire y Stéphane Mallarmé. Una auténtica interacción creativa de realimentación de imágenes entre las artes.